Una de las cosas que me encanta de la acuarela es enfrentarme a una hoja completamente en blanco. La línea no aparece con el lápiz sino que el dibujo se delinea con la mancha. Aunque suene de lo más ayayaiiii eso me da una sensación enorme de libertad y de error. Si me equivoco, ya está, de nuevo, de cero. Hacer algo de comienzo a fin de un sólo tirón.
Eso sí, antes dibujo más o menos lo que quiero hacer, me familiarizo… Estos bosquejos los hago especialmente con los pajarillos… Que se ven tan feítos cuando quedan demasiado guatones o cabezones.