En nuestro largo viaje a Coyhaique, hicimos una parada en Pumalín para admirar los alerces. A lo largo del sendero nos acompañó un chucao, curioso y moviéndose sin parar a nuestro alrededor. Una vez instaladas las camas y petacas en nuestro destino final, lo pinté.
The Chucaos 27 x 41 cm
(A la venta enmarcado en mañío: catalinamekis@gmail.com)