Aproveché mi viaje navideño a Santiago para mandarme a hacer un timbre seco, las acuarelas son tan sutiles y blancas que la firma me molestaba… Además, si es que tenía ganas de escribir el nombre del pajarito se veía mucha cosa. Por eso, me fui a Garetto. Un local que queda en la calle de la bolsa y en el que se dedican a hacer timbres de todo tipo. Llevé mi idea boceteada en un papel y el diseñador (Un lolito también de apellido Garetto) lo llevó al mundo digital… Luego de unas semanas de espera y al enorme esfuerzo de mi amiga Florencia que lo cargó (andando en bicicleta) hasta su hogar en plaza italia ya lo tengo en mis manos y encuentro que se ve muy muy lindo.